Fue en Kélo donde tuvimos la oportunidad de disfrutar el gran partido que llevábamos esperando durante mucho tiempo, R. Madrid- Barça. Nunca pensamos que podríamos ver un partido tan importante tan lejos de casa, en el corazón de África, en una pequeña ciudad del Chad. Fue Cristian quien nos llevó al local donde lo televisaban, él es culé y, lógicamente, nos llevó a verlo con los seguidores del Barça, la gran mayoría. Llegamos con algo de retraso, desde la puerta ya se escuchaban los gritos y aplausos, la gente estaba muy alterada. Tras atravesar un túnel oscuro y lleno de gente, ahí estaba, una pantalla gigante como en una especie de cine de verano, con filas de ladrillos en las que se sentaban “cómodamente” cientos de personas, todos hombres y una mujer nassara. Nos fijamos en la pantalla y ya iban 2-1, lo graciosos es que se televisaba por Al-Yasira, por lo que el nombre de los equipos y la retrasmisión estaba en árabe. Como el partido se celebraba en Madrid, pensábamos que el Madrid era el que iba ganando (ingenuos) “¡Qué emocionante, el Barça va a perder la liga, je je!”, “¡Vaya partidazo!”. La sorpresa fue que cuando el Barça metió... el marcador se puso a 3-1. ¡Oh no! ¡Iba perdiendo! La gente empezó a saltar, gritar, bailes y celebraciones por todo lo alto. Gritaban con cada pase, cada regate, y explotaban cada vez que salía un africano en la pantalla. Cuando llegó el gol del Madrid, fuimos tres los que nos levantamos del asiento, pero visto las caras que nos pusieron nos sentamos rápidamente, y discretamente dijimos “gol”. Llegó el descanso, y en las inmediaciones del Estadio Santiago Bernabéu, los periodistas de Al- Yasira hacían una entrevista, en un estudio improvisado, a Paco Buyo y a Baquero, no dábamos crédito a lo que veíamos. El final de esta historia la conocéis todos, así que no hace falta que contemos más cosas sobre este “emocionante” partido. Eso sí, fue inolvidable.
En una de las tardes que pasamos allí estábamos en un bar charlando con Victoren (el cocinero que nos invita siempre a comer a su casa). Hablaba de los jugadores con orgullo, hasta que calculamos en francos cuanto podía ganar, por ejemplo, Eto’o. Se le cambio la cara y se hizo un silencio que rompió diciendo “voy a poner a mis hijos a entrenar” seguido de unas buenas carcajadas.
La estancia en Kélo fue muy provechosa, además de seguir con nuestro trabajo en la caja, pasamos el 1 de mayo, día del trabajador y cumpleaños de Carlos, y lo celebramos como es debido. Primero fuimos al colegio San José de Kélo, donde los alumnos y profesores habían preparado diversas actividades festivas de todo tipo, canciones, bailes, deportes… y una comida especial preparada por los alumnos de cada clase.
Volvimos a casa de Carlos, él había estado preparando la comida de su cumpleaños con gran empeño para sus nueve invitados. Demostró que cuando se pone es un gran cocinero. La comida la acompañamos con buen vino, enviado por la hermana de Carlos en especial para este día, y de postre… una tarta que le hicimos de sorpresa. Fue una comida muy agradable.
La llegada de Idriss Deby, presidente del Chad, fue todo un acontecimiento. Varios días antes la ciudad se lleno de militares, que tenían que garantizar la seguridad, imaginaos lo que puede ser en un país lleno de tropas rebeldes la salida del presidente. Se llegó al punto de desarmar a los militares y policías de Laï, por si les ocurría alguna idea, dejando las armas solo para la guardia presidencial. Por la noche las calles se vaciaban quedando tan solo las patrullas que iban de un lado a otro cometiendo fechorías de todo tipo. El día 15 la gente comenzó a llenar las calles desde primera hora de la mañana, unos iban al puente, otros a la Plaza de la Independencia, donde sería el discurso, y otros a la pista de aterrizaje, donde llegaría el helicóptero. La comitiva, os la podéis imaginar, muchos pick-ups llenos a rebosar de militares, sentados por todos lados con los pies colgando, y todo tipo de armamento que saltaba peligrosamente cada vez que cogían un bache. También iba algún vehículo más sofisticado, tipo tanqueta, con un cañón que se movía de un lado para otro. Entraban orgullosos, levantado los brazos y saludando a todos lados, toda una demostración de fuerza y poder. A los militares les seguían varias decenas de motos y de coches, cargados todavía más que los primeros, con banderas del partido, del país y haciendo mucho jaleo. Después más militares y, tras ellos, una fila de 6 o 7 todoterrenos, último modelo, con los cristales tintados. Por uno de ellos salía, por la ventanilla delantera, un uniformado de espaldas anchas que parecía tener a alguien abrazado que levantaba el brazo, era el presidente.
En Chad se aplicó el concepto de explotación petrolífera como motor de desarrollo. Ya os comentamos en alguna crónica anterior que el negocio estaba en manos de los americanos, a través de la empresa Exxon. La explotación se sitúa cerca de Doba, ciudad al sur del país, y se envía lo extraído a la costa de Camerún (Chad no tiene salida al mar) mediante un oleoducto que atraviesa todo el país y que ha generado importantes impactos medioambientales en los ecosistemas cameruneses. Las instalaciones son muy modernas, un sistema completamente automatizado que no requiere apenas de mano de obra, con aeropuerto, hospital, edificios climatizados, todo ello en una de las ciudades más pobres del país que no ha podido beneficiarse ni del cableado eléctrico que alimenta la estación petrolífera. El “hospital” de Doba, nada que ver con el de la estación, trabaja con un generador eléctrico que funciona unas horas al día. Chad tiene petróleo que exporta, pero no tiene refinerías y tampoco gasolineras. Vende su petróleo e importa gasolina de los países vecinos, que se vende en la calle en botellas o garrafas. Una mesa en cualquier esquina con botellas encima llenas de gasolina, aparcas delante y, chupando de una goma, te llenan el depósito.
La actividad comenzó en 1999 con una extracción estimada en 2.000 millones de barriles y con ayuda del Banco Mundial, que financió buena parte del proyecto (no entraremos en el asunto de apoyar un proyecto petrolífero como forma de desarrollo cuando la empresa extractora y que se lleva la mayor parte de los beneficios es americana). Se acordaron con el gobierno una serie de condiciones en la gestión de los ingresos, como destinar una parte a un fondo de reserva, para asegurar ingresos futuros y destinar fondos para la lucha contra la pobreza. Cuando acabó la construcción del oleoducto en 2004, el Gobierno decidió quitar esas condiciones y destinar esa parte de los ingresos a compra de armas, en un momento en el que la situación con Sudán era difícil, entre ambos países se acusan mutuamente, desde hace tiempo, de apoyar a grupos rebeldes que quieren tomar el poder. Entre esas armas compró varios Mirage franceses (a veces los que acusan a gobiernos africanos de compra de armamento son los mismos que se lo venden).
El caso es que parece que ahora se empiezan a ver algunos pequeños beneficios. Los que nosotros hemos visto, el puente y la carretera asfaltada que han dicho que van a comenzar a construir.
Por cierto, gracias a todos los que habéis colaborado con los proyectos que os propusimos, especialmente a ADANE por poner los medios. A muchos os hemos hablado ya de ADANE, pero quien quiera más información podéis entrar en la página web (www.adane.org). Tienen representación en Reinosa, Santander, Barcelona, Madrid, Cuevas de Almanzora y Maputo (Mozambique).
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